El Papa Juan Pablo II nos dejó una Iglesia más viva y más joven. Esto nos este dijo, este pasado domingo uno de junio, el cardenal don Carlos Amigo al bendecir la estatua de san Juan Pablo II instalada en los jardines de la parroquia de san Cristóbal en Boadilla del Monte.
El acto contó con una concurridísima participación de los vecinos de Boadilla, también con su alcalde, don Antonio González Terol, y con una nutrida representación de los concejales de la localidad. A las siete de la tarde el sr. cardenal nos celebró la Eucaristía, concelebrada con los sacerdotes de la parroquia.
En la homilía, centrada en la fiesta de la Ascensión, nos recordó como Cristo asciende al cielo y nos deja a nosotros con la tarea emprendida por Él. La mejor misión que podemos realizar los cristianos es parecernos a cada vez más a Jesucristo. Que se pueda decir de nosotros: es igual que su padre, clavadito a su padre, en su forma de ser, de actuar… Así nosotros, iguales que nuestro Señor, que nos parezcamos a Él. Cuando esto se realiza, el hombre deja una huella imborrable que perdura. Esto es lo que hemos visto que ha sucedido con Juan Pablo II, su recuerdo, su vida, su obra, permanece viva en nuestros corazones. El Papa dejó una Iglesia muy viva, con gran fuerza evangelizadora, y sobre todo más joven, con un rostro más cercano a las nuevas generaciones.
Al finalizar la Eucaristía se bendijo la estatua. Fue encargada por el ayuntamiento de la población para perpetuar la memoria de este grandísimo Papa. La obra, realizada en bronce por el escultor Fernando Mayoral, es una pieza de gran belleza. Representa al Papa ya mayor, apoyado en su báculo. Al finalizar el acto el alcalde evocó la figura de Juan Pablo II y ofreció la estatua, la imagen ya, a todos los vecinos de Boadilla del Monte. |